Los cosplayers no somos vuestros amigos y no estamos
obligados a serlo. Pero esto es más complejo de lo que parece. No hablo ya
solamente de que no estemos obligados a ser amables todo el tiempo o a decir “sí”
siempre que alguien nos pide una foto. Esta vez quiero ir más allá.
Hoy ha aparecido un chico en mi página escribiéndome lo
siguiente:
La conversación completa esta en las capturas más abajo. |
No habíamos hablado desde enero. ¡ENERO! Y me venía con
estas. Me he molestado y me he ofendido, no voy a negarlo, y voy a reconocerlo:
no me acordaba de él. Se abrió a mí en su día, me contó muchas cosas y yo no lo
recordaba.
Me he sentido bastante mal por un rato, hasta que la
conversación ha continuado, he leído lo que hablamos en su día y me he dado
cuenta de algo: Las personas a menudo confunden términos, especialmente en
Internet.
Este chico empezó a hablarme a raíz del post en mi blog del
acoso sexual y mi experiencia. Se abrió a mí, me contó una historia terriblemente
compleja, su historia. Yo le dije que lamentaba muchísimo que hubiera tenido
que pasar por tanto y lo invitaba a seguir adelante, a seguir fuerte, y le
hablé de la importancia de apoyarnos unos a otros.
Como él, muchísimas personas me hablaron en aquellos días
por lo mismo: mensajes privados, twitts, comentarios, incluso mails. Agradecí
uno por uno a todos ellos su valentía, su coraje, su fortaleza y los animé a
seguir adelante. Así lo sentía. Sentía que debía decirles esas palabras,
porque, poniéndome en su piel, se lo muchísimo que pueden ayudar. Y yo quería
ayudar, dar mi mini-granito de arena que aliviase un poco sus cargas y sus
luchas. Sentía, además, que había iniciado una cadena y esos mensajes merecían
una respuesta como esa.
Si se queja de que estoy borde ¿es porque también es mi obligación ser siempre majísima? |
Este chico me habló esos días un par de veces, me habló de
un proyecto creativo que tenía en mente: videojuegos, juegos de cartas, juegos
de rol... Me habló de sus ideas. Eran fantásticas, así que quise animarle a
seguir adelante con ellas. Escuché (leí) atentamente todo lo que quiso decirme,
aunque no fuera mi obligación. Estuve ahí para lo que él quiso. También me
habló de sus dificultades para hacer amigos y los problemas que tenía en ese
ámbito. Le hablé de asociaciones, de centros culturales y lugares donde podía
conocer a gente como él y le costaría menos abrirse. Pero empezó a esculpir la
idea de que no lo haría si no estaba yo allí. No le di importancia al
principio. Hasta que ha pasado esto.
Más de seis meses sin hablar. Ni una sola palabra. Y me
escribe esto.
Siento mucho si alguien piensa que está mal que me haya
olvidado de alguien así, lo digo de verdad. Yo me he sentido terriblemente mal,
pero recibí decenas de historias, decenas de personas que echaron valor al
asunto y decidieron abrirse, compartirlo. Personas valientes, con historias que
merecen ser contadas, que jamás deberían esconderse... De hecho publiqué
algunas en twitter en aquellos días.
De hecho yo también he participado en este tipo de “cadenas
de confesiones” alguna vez. Hablé de mi relación amorosa con maltrato con una
chica que acababa de atreverse a denunciarlo públicamente, en parte buscando
consejo por si yo debía hacer lo mismo. Hablé con dos chicas sobre mis dudas
acerca de mi orientación sexual/romántica, por poner un par de casos. Agradeceré
para siempre e infinitamente lo muchísimo que me ayudaron todas esas personas,
porque sus “minigranitos” de arena para mí fueron mucho más que eso: me
ayudaron a avanzar, a crecer, a ser más fuerte. Jamás olvidaré su amabilidad.
Algunas estarán leyendo esto ahora mismo. Pero no por ello he considerado a
esas personas como amigas mías. Sé que no lo son. También sé que no me deben
nada, ni yo a ellas, aunque me sienta en deuda.
Del mismo modo que mi psicólogo no es mi amigo, es mi
psicólogo (por poner un ejemplo claro de esto) ese cosplayer que me cae muy
bien y con quien he hablado bastante no es mi amigo, a menos que así me lo diga
claramente. No se puede crear dependencia emocional de un desconocido de
internet que te ayudó una vez. Es un error. Y es un error terrible, porque al
final te hará mucho daño. A ti, por crear algo que ni es sano (dependencia) ni
existe realmente (amistad con un desconocido). Porque sí, somos desconocidos.
Ese es otro error muy grave. Se tiende a pensar que conocemos a esa persona en
profundidad con leer lo que publica y ver sus fotos. No nos equivoquemos:
solamente sabemos de esas personas lo que ellas quieren que sepamos.
Este chico, tras seis meses, me viene pidiendo que lo
acompañe a eventos para que haga amigos a través de mí. Sinceramente, yo no
haría eso por (casi) nadie. Tal vez mi hermana o tal vez un amigo muy muy
íntimo en caso de que me lo pidieran. Pero ya. Y me ha venido con un gran dramatismo, con el
“pensé que eras mi amiga” (osea, “no deberías ofenderte porque...”) Y cuando he
intentado explicarle las cosas, decirle que tener dos conversaciones profundas
por el motivo de un escrito público no implican una amistad como para eso. Le
he dicho que estoy abierta a dialogar, él me ha dicho que, básicamente, he hecho
que comprenda y sienta la decepción más profunda. Ha asumido que no me importa,
que no es nadie para mí y probablemente no quiera volver a saber nada más de mí
nunca en su vida.
Desconozco su edad, aunque sé que va al instituto (de hecho
ha tenido que trasladarse alguna vez) y que ya ha ido por su cuenta a algún
evento de su zona. También ha hecho cosplays sencillos. En una de las fotos que
tiene como públicas comenta “me han dicho que tengo cuerpo de uke y mentalidad
de seme” Que yo pueda ver, tiene unos 90 amigos en facebook con un alto índice
de muchachas guapas.
Sinceramente, ha conseguido lo que quería: me ha hecho
sentir mal. Me ha hecho sentir que la culpa era mía, que era mi DEBER estar ahí
para él y que su decepción caería sobre mí para siempre. Me ha hecho pensar que
soy una persona terrible y que tal vez he dejado solo a un jovencito con
problemas sociales que solo buscaba algo de ayuda.
Pero si lo pienso fríamente... ¿es realmente mi obligación?
Esto es, un poco, como la friendzone. Yo llego, publico mi
experiencia, tú la lees, me cuentas la tuya, hablamos un poco sobre nuestros
intereses, decides que quieres ser mi amigo... ¿y yo debo convertirme en tu
amiga OBLIGATORIAMENTE? ¿Es mi obligación corresponder a tus sentimientos, sean
del tipo que sean, solamente porque tú los sientas? La respuesta es no.
Y más allá de eso. Llevas sin hablarme desde ENERO. Eso es
muchísimo tiempo. Solo soy capaz de estar sin saber nada de mis amigos reales
si son amigos MUY cercanos y de toda la vida (y aun así el riesgo de que la
amistad muera es grande). Tú y yo hemos hablado un par de veces.
¿Es mi obligación, entonces, acoger con una sonrisa y los
brazos abiertos a todas y cada una de las personas que acudan a mí, más o menos
desvalidas, en busca de un poco de amor, atención y ayuda? Hasta donde yo sé,
soy cosplayer, no hermanita de la caridad. Mi trabajo aquí, en la “esfera
pública” (odio este término, yo no tengo nada de “pública”) es hacer cosplays,
compartirlos y participar en redes sociales. NADA MÁS. No tengo obligación de
compartiros mis tutoriales, ni mis experiencias, ni mis fotos, ni información
de ningún tipo sobre mí. De hecho, como cosplayer, no tengo siquiera obligación
de tener página, o redes sociales, o forma de contacto. Esto sigue siendo un
hobby. No es mi trabajo. Lo que hago lo hago porque quiero y no os debo ninguna
de esas cosas. Agradecimiento, humildad, sinceridad, siempre, pero no sonrisas,
abracitos, besos y estar ahí para lo que queráis de mí.
De hecho, mi trabajo, para el que me sigo formando y
preparando todos los días, es el de atender a personas. De hecho, debo
esforzarme especialmente en casos de personas que necesitan o piden ayuda. Pero
yo soy profesora. Yo estaré contigo el tiempo que necesites para entender La
Celestina o cómo funciona el complemento predicativo. Te ayudaré en la
construcción de ti mismo y en el proyecto de tu vida futura. De hecho, si veo
que necesitas ayuda o lo estás pasando mal (dentro siempre de mi jurisdicción)
intentaré ayudarte y pondré todo lo que esté en mi mano. Y si además soy tu
tutora me involucraré mucho más.
PERO seré tu profesora, NO tu amiga.
Sé que para cada persona es diferente, pero para mí los
amigos son seres humanos que, en una condición de IGUALES, con mucha CONFIANZA
y mucho TIEMPO, consiguen poder depositarse a sí mismos el uno en el otro,
tanto para lo bueno como para lo malo, en mayor o menor medida dependiendo de
las personas. Somos adultos, la concepción infantil de la amistad, donde el tener un único interés común (aunque sea comer tierra o los macarrones con tomate) o el estar interesado en otra persona ya hacía que se considerase amistad... es una idea que quedó atrás hace muchos años. La amistad DE VERDAD es algo muy complejo.
Estas tres condiciones deben cumplirse:
IGUALES: Yo, cosplayer desconocida a la que por alguna extraña
razón inexplicable admiras (en este caso incluso piensas que es ”famosa” WTF).
Tú: una persona que pasaba por allí y decidió que quería ser más que un fan.
¿Hay aquí una relación de igualdad? A mí no me lo parece.
CONFIANZA: Volvemos a lo mismo: yo estoy tan tranquila en
mis redes sociales cuando de repente llega alguien con estas intenciones. A)
Empieza a pedir información extra sobre mí sin explicaciones. B) Empieza a
darme información extra sobre él/ella sin explicaciones. En ambas situaciones
una de las personas no ha consentido explícitamente el intercambio de
información o no se le ha preguntado al respecto previamente.
¿Hay confianza en algo así? No el tipo de confianza que yo
pido a los amigos. Como mucho hay cordialidad.
TIEMPO: Y esto es lo más importante. A mí me toma muchísimo
tiempo hacer amigos (en persona menos tiempo, en internet la cifra se
multiplica). Hablar conmigo dos o tres veces no es tiempo suficiente. Apenas
tengo amigos online a los que no haya visto nunca en persona, y a todos les
costó EONES conseguir esa categoría.
SERES HUMANOS: Sí, incluyo esto porque a veces me da la
sensación de que se nos olvida que los cosplayers son seres humanos. Lo que hay
detrás del chat, de los escritos, de las fotos... es un ser humano. Con todas
sus virtudes y todas sus carencias. Y, al igual que tú, NO ESTÁ OBLIGADO a
llevarse bien con todo el mundo y TIENE DERECHO a no querer entablar amistad
con una persona.
Admiro, aprecio, escucho (leo) y cuento todas vuestras
interacciones: todo lo que me decís, comentáis, incluso un like o un follow...
Pero por favor, recordad esto: no soy vuestra amiga. No sois mis amigos. Quienes
lo son, lo saben. Si dudas ya tienes tu respuesta.
TU PROFESOR/A no es tu amigo/a.
TU MÉDICO/A no es tu amigo/a.
TU PSICÓLOGO/a no es tu amigo/a.
TU PANADERO/A no es tu amigo/a.
TUS TWITSTARS no son tus amigos.
TUS COSPLAYERS FAVORITOS no son tus amigos.
¿Eres tú amigo de todas las personas con las que te cruzas
por la calle?¿De todas las personas a las que les has sujetado la puerta del
ascensor?¿De todas las personas a las que les has prestado un
boli/pañuelo/algo?¿De todas las personas con las que has hablado/comentado algo
profundo?¿De todas las personas con las que has trabajado o convivido?
NO ERES su amigo/a.
Yo tampoco.
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